Director: Franco Zeffirelli
Guionistas: Christopher De Vore
Intérpretes: Glenn Close, Helena Bonham Carter, Ian Holm, Mel Gibson
Género: Drama
País: Reino Unido
Fecha estreno: 18/01/1991
Lenguaje: Culto
Sin ser la mejor versión fílmica de la obra de William Shakespeare, el Hamlet
de Zeffirelli posee grandes valores: aparte de su brillante puesta en
escena, combina el clasicismo con la modernidad, sin traicionar el
espíritu de la pieza original y logrando una prodigiosa interpretación.
Tanto
el actor australiano Mel Gibson, como príncipe de Dinamarca, como las
sensibles Glenn Close y Helena Bonham-Carter, como Gertrudis y Ofelia,
así como los shakespearianos Alan Bates y Paul Scofield, como Claudio y
el Fantasma, demuestran en un cuidado inglés (vale la pena ver el film
en su versión original subtitulada, y deleitarse de la dicción más pura)
toda la filosofía que encierra la obra.
La partitura musical
del famoso Ennio Morricone es notable, y la dirección artística
-ambientación y vestuario- contiene un gusto estético exquisito. Film
importante, acaso sin la genialidad de los homónimos de Laurence Olivier
(1948) y del también especialista Gregori Kozintzev (1964), ese gran
director de escena -teatro y ópera- que es primordialmente Franco
Zeffirelli ha vuelto a demostrar su categoría artística como realizador
cinematográfico. Su adaptación es correcta en todos los sentidos (pues
asimismo es un reconocido especialista en William Shakespeare), cargando
un poco las tintas en el esteticismo -cosa ya habitual en este
director- y en las relaciones dramático-sentimentales entre Hamlet y
Gertrudis (algunos críticos hablan de una secuencia edípica e
incestuosa, que sólo puede deducirse de una lectura freudiana del texto,
y la cual, pese a cierta pasión y violencia en las imágenes, se evita
finalmente con la aparición del Fantasma-padre y esposo en el
dormitorio).
El tema de la venganza y del arrepentimiento de la
obra original respeta el espíritu shakespeariano, al tiempo que intenta
transmitirlo al público de hoy. De ahí que manifestara el mismo
Zeffirelli: “El cine es un reflejo de la civilización. La gente joven
necesita un Hamlet que les pertenezca…Yo quería contarles la historia a
los jóvenes de hoy en día, que quizá jamás han leído a Shakespeare, o
que piensan que Hamlet no tiene nada que ver con ellos. Hamlet es una
persona incleíblemente moderna. Le es difícil decidir exactamente lo qué
debe hacer y cuándo debe hacerlo”. Y añade sobre Hamlet: “Al principio
vemos que ama a su madre desesperadamente y que, con la muerte de su
padre, ella es todo cuanto le queda. Ella destruye su confianza en las
mujeres y él, a cambio, destruye a la mujer que ama y que le ama a él,
Ofelia. Hamlet ha perdido la corona, pero vemos que no es eso lo que más
le molesta; él sabe, básicamente, que no ha nacido para ser rey. Ha
nacido para ser otra cosa, pero ni siquiera sabe qué. Ha nacido para ser
un hombre nuevo, con todas sus dudas, inseguridades, sueños y
esperanzas. Es el eslabón -concluye- entre la Edad Media y el
Renacimiento”.
Extret de https://contraste.info/cinema/hamlet-zefirelli/